07 febrero 2006

La piedra sagrada de Tandil


Era el principio de los tiempos. El Sol y la Luna eran marido y mujer: dos dioses gigantes, tan buenos y generosos como enormes eran.
El Sol era el dueño de todo el calor y la fuerza del mundo; tanto era su poder que de sólo extender los brazos la tierra se inundaba de luz y de sus dedos prodigiosos brotaba el calor a raudales.
Era el dueño absoluto de la vida y de la muerte.
Ella, la Luna, era blanca y hermosa.
Dueña de la sabiduría y el silencio; de la paz y la dulzura. Ante su presencia todo se aquietaba. Andando por la tierra crearon la llanura: una inmensa extensión que cubrieron de pastos y de flores para hacerla más bella. Y la llanura era una lisa alfombra verde por donde los dioses paseaban con blandos pasos. Luego crearon las lagunas donde el Sol y la Luna se bañaban después de sus largos paseos.
Pero los dioses se cansaron de estar solos: y poblaron de peces las aguas y de otros animales la tierra.¡Qué felices se sentían de verlos saltar y correr por sus dominios! Satisfechos de su obra decidieron regresar al cielo. Entonces fue cuando pensaron que alguien debía cuidar esos preciosos campos: y crearon a sus hijos, los hombres. Ahora ya podían regresar. Muy tristes se pusieron los hombres cuando supieron que sus amados padres los dejarían. Entonces el Sol les dijo: -Nada debéis temer; ésta es vuestra tierra. Yo enviaré mi luz hasta vosotros, todos los días. Y también mi calor para que la vida no acabe.
Y dijo la Luna: -Nada debéis temer; yo iluminaré levemente las sombras de la noche y velaré vuestro descanso.
Así pasó el tiempo. Los días y las noches. Era el tiempo feliz. Los indios se sentían protegidos por sus dioses y les bastaba mirar al cielo para saber que ellos estaban siempre allí enviándoles sus maravillosos dones. Adoraban al Sol y la Luna y les ofrecían sus cantos y sus danzas.
Un día vieron que el Sol empezaba a palidecer, cada vez más y más y más... ¿qué pasaba?, ¿qué cosa tan extraña hacía que su sonriente rostro dejara de reír? Algo terrible, pero que no podían explicarse, estaba sucediendo.
Pronto se dieron cuenta que un gigantesco puma alado acosaba por la inmensidad de los cielos al bondadoso Sol.
Y el Dios se debatía entre los zarpazos del terrible animal que quería destruirlo. Los indios no lo pensaron más y se prepararon para defenderlo. Los más valientes y hábiles guerreros se reunieron y empezaron a arrojar sus flechas al intruso que se atrevía a molestar al Sol.
Una, dos, miles y miles de flechas fueron arrojadas, pero no lograban destruir al puma, que, por el contrario, cada vez se ponía más furioso. Por fin uno dio en el blanco y el animal cayó atravesado por la flecha que entraba por el vientre y salía por el lomo. Sí, cayó, pero no muerto. Y allí estaba, extendido y rugiendo; estremeciendo la tierra con sus rugidos. Tan enorme era que nadie se atrevía a acercarse y lo miraban, asustados, desde lejos. En tanto el Sol se fue ocultando poco a poco; había recobrado su aspecto risueño. Los indios le miraban complacidos y él les acariciaba los rostros con la punta de sus tibios dedos. El cielo se tiñó de rojo... se fue poniendo violeta.., violeta. ... y poco a poco llegaron las sombras.
Entonces salió la Luna. Vio al puma allá abajo, tendido y rugiendo. Compadecida quiso acabar con su agonía.
Y empezó a arrojarle piedras para ultimarlo. Tantas y tan enormes que se fueron amontonando sobre el cuerpo hasta cubrirlo totalmente.
Tantas y tan enormes que formaron sobre la llanura una sierra: la Sierra de Tandil. La última piedra que arrojó cayó sobre la punta de la flecha que todavía asomaba y allí se quedó clavada.
Allí quedó enterrado, también, para siempre, el espíritu del mal, que según los indios no podía salir.
Pero cuando el Sol paseaba por los cielos, se estremecía de rabia siempre con el deseo de atacarlo otra vez.
Y al moverse hacía oscilar la piedra suspendida en la punta de la sierra.


(leyenda pampeana, Argentina)


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6 comentarios:

Unknown dijo...

En la tarde-noche del 29 de Febrero de 1912, los habitantes de Tandil se conmovian ante el rumor que había empezado a correr por las calles, la piedra sagrada había caído...

Bogus! dijo...

La piedra cayó?? Vaya! con una historia tan linda, yo la volvería a poner ahi y pegar con lo que sea, solo para poder seguir repitiendo la historia una y otra vez...

XXX dijo...

No sé si lo dije, pero hace poco supe que en alemán "sol" es femenino y "luna" es masculino.

En quechua, las cosas no tienen género. Sólo las personas y los animales (que sí tienen sexo).

Unknown dijo...

Si, cayó Bogus... Lo mismo pense, Miss. Interesante, Perplejo...
Creo que llegó el momento de presentarme, yo soy Pagana.
Gracias a todos por vivir Leyendas Paganas

Protheus dijo...

La leyenda está hermosísima. Pero, con todo respeto, déjeme decirle que presentarse así, con esa mirada ensoñadora y labios plenos conformando una boca sensual e invitadora... Hace que la fabulosa leyenda quede rezagada en mi evocación. ¡Cuánto poder en la belleza de una mujer, cuánto en la suya!
Brindo pr la conjunción de una mente sensible y brillante, en elhermoso rostro de una mujer, y doblo mis rodillas para besar los pies a una venus de carne y hueso.

Unknown dijo...

Doc, con esos elogios va a conseguir que esa foto que pretende ser blanco y negro quede colorada como un tomate maduro.
Gracias (todavía un poco rosadita)

En cuanto a la leyenda, para mi es además de hermosísima toda una lección que he aprendido...
Hace meses que estamos haciendo Leyendas Paganas y sin exagerar hace el mismo tiempo que conozco el nombre de esta leyenda, sin embargo sistemáticamente la pasaba por alto. Sabe? yo selecciono mucho una leyenda antes de publicarla, muchísimo dría... Leo decenas de leyendas hasta encontrar la que me llena en ese preciso momento, pero con esta en especial solo leía el nombre y jamas le di ni el más mínimo vistazo hasta el día que la publique... Las leyendas en las que el sol y la luna se aman me... no se ni como decirlo... me encantan, literalmente.
Esta leyenda me estuvo esperando ahí, delante de mis ojos, calladita, hasta que me digne a leerla y me dio una grata sorpresa.
Saludos a todos