Cuenta la leyenda que un día Angus se encontraba durmiendo, vio en sueños a una joven. En toda Irlanda, no había otra joven más bella. Después desapareció. Cuando se despertó, a la mañana siguiente, Angus estaba tan enamorado que no pudo comer en todo el día. A la noche siguiente, la joven reapareció en su sueño, esta vez llevaba un arpa, y con ese instrumento canto la melodía más maravillosa que jamás haya sido oída., luego desapareció. A la mañana siguiente Angus estaba más enamorado que nunca.
Entonces se enfermo. Los médicos se reunieron y buscaron en vano la causa de esta enfermedad. Finalmente, Fergne, la descubrió: Estas enamorado, le dijo y Angus, confesó la verdad. Entonces, fueron a buscar a Boann, su madre, a quien este contó todas sus penas. Boann ordenó que se buscara por toda Irlanda, a la mujer con quien soñara Angus. La buscaron durante un año y no pudieron dar con su paradero. Entonces Boann, pidió ayuda al medico que había descubierto el mal de su hijo. Este sugirió que se dirigiera a Dagda, el padre de Angus, rey de los side de Irlanda. (O sea de los Tuatha de Danann)
Dagda acudió prestamente. Boann, le informo de la enfermedad de su hijo y de la causa de la misma. Entonces, el medico dijo: “en vuestra calidad de rey supremo de los side de Irlanda, tienes bajo tu dependencia a Bodb, rey de los side de Munster, celebre por su sabiduría en toda Irlanda. Mandad a preguntarle donde se encuentra la muchacha”.
Dagda, consintió en ello, y envió una embajada a Bodb, rey de los side de Munster. Los embajadores le pusieron al tanto, de la enfermedad de Angus y agregaron que Dagda le ordenaba buscar por toda irlanda a la mujer de quien se había enamorado Angus. Bodb, respondió que lo haría, pero que necesitaba un año para efectuar la búsqueda. Así se hizo.
Y al cabo de un año los embajadores volvieron y Bodb, les dijo que había encontrado a la mujer en el lago de las Bocas de Dragones. Los embajadores regresaron y le transmitieron la noticia. Pusieron a Angus en una carreta y lo llevaron al palacio de Bodb, rey de los side de Munster. Angus fue recibido con alegría y, después de tres días y noches de festejos, se hablo del problema. Bodb, le dijo que iba a llevarlo al lugar donde se encontraba la mujer amada, para ver si la reconocía.
Entonces condujo a Angus cerca del mar, a un lugar donde se encontraban ciento cincuenta muchachas, que caminaban por parejas, amarradas entre si, por una cadena de oro. En medio de todas estas muchachas había una que sobresalía por su altura de entre todas las demás:
-¡Ahí está! exclamó Angus, ¿Cómo se llama?
Bodb, respondió;
- Se llama Caer, nieta de Ormaith; Ethal Anbual, su padre, vive en el palacio encantado de Uaman, en la provincia de Connaught.
Angus exclamó tristemente:
- No me siento con fuerzas para separarla de sus compañeras.
Y dicho esto, se hizo conducir a su residencia
Después de cierto tiempo, Bodb llego a Brug na Boinne para visitar a Dagda y Boann y contarle el resultado de sus investigaciones:
- He descubierto a la mujer de quien se ha enamorado vuestro hijo. Su padre vive en el Connaught, es decir, en el reino de Ailill y Medb. Harían bien en ir a verles y solicitar su ayuda, ya que con ella podrían obtener la mano de la mujer que tu hijo desea.
Así Dagda, parte a solicitar el apoyo de Ailill y Medb, rey y reina de Connaught, y ambos mortales, y cuenta con la ayuda de estos para solicitar a Ethal Enbual, padre de la bella Caer, que les entregue a la muchacha.
Dagda partió acompañado de un numeroso sequito, compuesto por sesenta carros. Cuando llegó al palacio de Ailill y Medb fue recibido con gran alegría, y antes de tratar el tema que lo había llevado allí, trascurrió toda una semana de festejos. Finalmente Dagda le dijo al rey Ailill y a la reina Medb, el objeto de su visita:
- En vuestro reino se encuentra el palacio encantado que habita Ethal Anbual, padre de la bella Caer; mi hijo Angus se ha enamorado de ella, ama a esa muchacha y quiere que sea su esposa. Se ha enfermado por esta causa.
A lo que los reyes respondieron:
- Nosotros carecemos de autoridad sobre ella, no podemos dártela.
Dagda les pidió el favor de que mandaran a buscar al padre de la muchacha, cosa que hicieron. Pero Ethal Anbual se negó a escuchar a los mensajeros diciendo:
- No iré, se muy bien de que se trata y no entregaré a mi hija al hijo de Dagda.
Entonces, ante esta respuesta Dagda y Ailill reunieron sus ejércitos y marcharon sobre el palacio encantado en que vivía Ethal Enbual. Hicieron sesenta prisioneros, sin contar al rey, y los condujeron a la residencia de Ailill y Medb. Ethal fue llevado ante la presencia de Ailill, quien lo conmino a que entregara su hija a Angus. Ethal, respondió:
- Carezco de poder para hacerlo. Ella es más poderosa que yo.
Y entonces explicó:
- Caer pasaba alternativamente un año en forma humana y un año en forma de cisne. El próximo primero de noviembre, mi hija se encontrara, bajo la forma de un cisne, cerca del lago de las Bocas de Dragones. Se verán allí pájaros maravillosos, y mi hija estará rodeada por otros ciento cincuenta cisnes. Entonces Ailill y Dagda acordaron la paz con Ethal y lo pusieron en libertad -.
El primero de noviembre siguiente, Angus se dirigió al lago de las Bocas de Dragones. Allí vio a la bella Caer bajo la forma de un cisne, acompañado de otros ciento cincuenta cisnes que iban por parejas, unidos entre si con una cadena de plata.
- Ven, háblame, caer - exclamó Angus.
- ¿Quién me llama? - preguntó Caer.
Angus le dijo su nombre y le expresó su deseo de sumergirse con ella en el lago. Entonces fue convertido en cisne, y por tres veces se sumergió en el lago junto a su amada. Después, siempre bajo la forma de cisne, se dirigieron juntos a Brug na Boinne. Cantaron un canto tan bello que todos sus oyentes se durmieron, y su sueño duro tres días y tres noches. Desde entonces, Caer fue la esposa de Angus.
20 marzo 2009
Angus y la doncella mágica
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05 septiembre 2008
La leyenda de Rhiannon
Rhiannon había sido prometida en matrimonio a un hombre mayor que ella encontraba repugnante. Desafiando el deseo de su familia, Rhiannon, al igual que otras diosas celtas, se negó a casarse con uno de su "propia naturaleza".
En lugar de ello, la diosa Rhiannon había elegido a un rey mortal, Pwyll, como su futuro esposo, a quien se le apareció una tarde mientras él se encontraba con sus compañeros en un cerro cercano a su castillo.
Cuando el joven rey vio a Rhiannon, quedo encantado con la visión de la hermosa diosa vestida de brillante oro, galopando en su poderosa yegua blanca. Ella pasó por el sin brindarle ni siquiera una mirada. Pwyll estaba intrigado, entonces envió a uno de sus siervos a capturarla y le pidió que se la trajera. Pero pronto el sirviente regresó y le informó al rey, que aquella mujer corría con tanta rapidez que parecía su caballo apenas tocaba el suelo y que él ni siquiera había podido ver a donde se había ido.
Al día siguiente, Pwyll regresó solo al cerro y una vez más, la diosa celta apareció. Montado en su caballo, Pwyll, la persiguió pero tampoco pudo alcansarla. A pesar que su caballo corría más rápido que el de Rhiannon, la distancia entre ellos siempre parecía la misma. Por último, después de que su caballo comenzó a temblar del agotamiento, se detuvo y le suplicó a ella que se detuviese. Rhiannon lo hizo.
-Si veías que venía tras de ti, por qué no te detuviste? - preguntó el rey.
-Porque no me lo habías pedido. -respondió la Diosa.
La diosa Rhiannon entonces le hizo saber que ella había venido a encontrarlo en búsqueda del amor. Pwyll recibió la noticia con agrado y entonces tomó las riendas de la blanca yegua para guiarla a su reino. Rhiannon sonrió con ternura y sacudió la cabeza, diciéndole que deberían esperar un año para luego casarse. En ese momento, la diosa Rhiannon simplemente desapareció en las profundidades del bosque.
Rhiannon regresó un año más tarde, vestida como antes, para saludar a Pwyll en el cerro. Él estuvo acompañado por una tropa de hombres, como corresponde a un Rey en su día de la boda. Hablando sin palabras, Rhiannon invitó a los hombres a seguirla por el enmarañado bosque. Aunque temerosos, ellos cumplieron. A medida que se internaban entre los árboles, un camino se abría hacia adelante a la vez que tras ellos, el camino se cerraba.
Al llegar a un claro, se unió a la procesión, una bandada de pequeños pájaros cantores que revoloteaban juguetonamente en el aire alrededor de la cabeza de Rhiannon. Con el sonido de sus hermosos trinos, todos los temores de los hombres se fueron disipando. En poco tiempo llegaron al palacio de su padre, un lugar majestuoso construido de cristal plateado, rodeado por un lago.
Después de la boda, una gran fiesta tuvo lugar para celebrar el matrimonio de la diosa. La familia y el pueblo de Rhiannon son a la vez acogedores y alegres, pero una pelea estalló a la celebración. Se dice que el hombre al que una vez había sido prometida a contraer matrimonio estaba haciendo una escena, argumentando que no se debía permitir a la joven diosa, que se case con alguien de fuera de su propio pueblo.
Rhiannon se alejó discretamente del lado de su marido, para hacer frente a la situación... usando un poco de magia, convirtió al persistente hombre en un tejón y lo atrapó en una bolsa que tiró en el lago. Desafortunadamente, él logró escapar y más tarde volvió a causar grandes estragos en la vida de Rhiannon.
Al día siguiente Rhiannon, Pwyll y sus hombres parten para ir a Gales para presentar a su princesa. Cuando salieron del bosque y los árboles se cerraron detrás de ellos, Rhiannon tomó un momento para echar un vistazo hacia atrás. Ella sabía que la entrada al reino de hadas se había cerrado y que nunca más podría volver al hogar de su infancia.
Rhiannon fue acogida con satisfacción por la gente de su esposo y admirado por su gran belleza y su hermoso canto. Sin embargo, dos años pasaron sin ella quedara embarazada del heredero al trono. La cuestión de su sangre, su "aptitud" para ser reina comenzó a ser puesta en duda. Afortunadamente, en el siguiente año ella quedó embarazada y tuvo un saludable hijo. Este bebé, sin embargo, iba a ser la fuente de una gran tristeza para Rhiannon y Pwyll.
Como era costumbre entonces, seis mujeres habían sido asignados a quedarse con Rhiannon en su cuarto para ayudar con el cuidado del bebé. Aunque las mujeres tenían que trabajar en turnos, durante la noche todas atendían al bebé para que la diosa Rhiannon pudiera dormir y recuperar su fuerza después del parto.
Pasó que una noche, todas las criadas se quedaron dormidas y cuando se despertaron, encontraron la cuna vacía. Temiendo ser severamente castigadas por su negligencia, ellas idearon un plan para culpar a la diosa Rhiannon que después de todo, era una extraña que no pertenecía a su propio pueblo. Las criadas mataron a un cachorro y ensuciaron con sangre a Rhiannon mientras dormía y esparcieron sus huesos alrededor de su cama. Entonces la diosa fue culpada de comerse a su propio hijo.
Aunque Rhiannon juró su inocencia, Pwyll, por su propio sufrimiento, la conmoción y el dolor y ante el enojo de sus asesores y del pueblo, no pudo defenderla. Solo se limitó a decir que él no iba a divorciarse de ella pero pedía para ella un castigo.
Entonces es condenada a llevar sobre su espalda a todos los visitantes que vayan a la fortaleza de su esposo. Durante cuatro años Rhiannon estuvo en la puerta de castillo, contando a todos la historia de su delito.
Rhiannon cumplió con su humillante castigo sin queja. A través del frío de los inviernos y el polvo de calor de los veranos, ella soportó con tranquila aceptación. Su valor era tal que pocos aceptan su oferta de transporte en el castillo. El respeto de la gente empezó a propagarse en todo el reino con los viajeros que hablaban de la condena, la pena y la dignidad con la que la diosa Rhiannon llevaba su sufrimiento.
En el otoño del cuarto año, tres desconocidos aparecieron en la puerta. Eran un hombre bien vestido, su esposa, y un chico joven. Rhiannon se levantó para saludarlos diciendo: "Señores, estoy aquí para llevarlos sobre mi a cada uno de ustedes a la corte del Rey, porque he matado a mi único hijo y este es mi castigo". El hombre, su esposa, y el niño desmontaron.
Mientras que el hombre levantaba a Rhiannon, el niño le entregó un trozo de vestido de bebé. Rhiannon vio que era de la tela que había tejido con sus propias manos. El muchacho entonces le sonrió y ella reconoció que tenía delante los ojos de su hijo, Pryderi.
Al poco tiempo la historia fue contada. Cuatro años antes, durante una gran tormenta, el noble agricultor había sido llamado al campo para ayudar a una yegua en el trabajo de parto. Fue entonces cuando oyó el llanto de un bebé que encontraron abandonado. Él y su esposa se quedaron con el bebé, y lo criaron como si fuera propio. Cuando los rumores de la suerte de la diosa Rhiannon llegado a sus oídos, el agricultor se dio cuenta de lo que había sucedido y quisieron devolver el niño a sus padres.
La mayoría de las leyendas sugieren que el raptor fue el tejón, aquel antiguo pretendiente que enfurecido porque Rhiannon lo había rechazado, había escapado y había tomado venganza, secuestrando a su bebé.
El muchacho fue reconocido rápidamente cómo hijo del Rey Pwyll. La diosa Rhiannon fue restaurada en su honor y recuperó su lugar al lado de su marido. A pesar que había sufrido enormemente en sus manos, Rhiannon, diosa de nobles rasgos, vio que estaba avergonzado y lo cubrió con el perdón y la comprensión.
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30 abril 2008
Taliesín y el Awen
Cuenta una antigua leyenda celta, qué Ceridwen era una hechicera que vivía en medio del lago Bala.
Ella tuvo tres hijos: Morvran, que era muy hermoso, al igual que su hermana Creirwy (huevo de cristal) de quien se decía que era una doncella luminosa. Pero el tercero, Afag Du (total oscuridad), era el menos favorecido de los hombres.
En compensación a su fealdad, Ceridwen decidió preparar en su caldero mágico un brebaje para Afag Du que le otorgara la sabiduría llamada Awen, o espíritu de la inspiración.
Esta pócima la prepararía según las artes de los Fferyllt: debía hervir a lo largo de todo un año más un día, al final del cual se obtendrían 3 gotas capaces de darle el Awen a quien la tomara.
Ceridwen puso a dos personas a cuidar el fuego del caldero mientras ella salía a recolectar plantas: un ciego llamado Morda (gran bien) y un niño llamado Gwion Bach (pequeño inocente).
Pasó un año entero y en el último momento de la preparación, unas gotas del caldero salpicaron a Gwion quien, al sentir la quemadura en su mano, llevó ésta a la boca para lamerla, recibiendo al instante los tres dones de Awen: la inspiración poética, la profecía, y la capacidad de cambiar de forma voluntariamente. El resto de la pócima se volvió venenosa e hizo explotar el caldero, rompiéndose éste en dos mitades.
Por el recién adquirido don de la profecía, Gwion supo que Ceridwen intentará matarle por haber probado lo que estaba destinado a su hijo, así que usando su capacidad de cambiar de forma se transformó en liebre y hulló velozmente, pero Ceridwen, al darse cuenta de lo sucedido, le persiguió en forma de galgo. Gwion entonces se convirtió en pez, pero ella se transformó, a su vez, en nutria. Él se hizo pájaro, y ella halcón. Entonces Gwion se convirtió en un grano más de trigo en un granero; ella, sin embargo, convertida ya en gallina negra, lo engulló.
Este grano de trigo engullido logró preñar el vientre de la hechicera, quien a los 9 meses dió a luz a un bebé de gran belleza. Ceridwen, incapaz de matarle, colocó al recién nacido en una bolsa de cuero que abandonó en el río. El saco con el pequeño fue descubierto el 1º de Mayo por el príncipe Elffin quien, al contemplar al hermoso bebé exclamó:
-Mirad! Tiene el rostro radiante!
Y es así que el niño recibió el nombre de Taliesín, que en galés significa "rostro radiante".
Taliesín, a pesar de tener tan tierna edad, era capaz de improvisar unos versos perfectos por virtud de Awen, por lo que se le designó poeta privado de Elffin. Más tarde lograró la fama como jefe de los bardos de Gran Bretaña.
Al alcanzar la Awen, Gwion, ya convertido en Taliesín, rememoró su verdadera existencia y habló de su estancia en el Castillo de Arianhrod y de las diferentes vidas que ha ido teniendo, en unos poemas recogidos en el "Libro de Taliesin".
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02 abril 2008
Finn y la Cierva.
Un día en que Finn y sus compañeros regresaban con sus perros de una cacería en el monte Allen, una cierva se cruzó por su camino y todos comenzaron a correr tras ella.
Pronto los perseguidores fueron quedando atrás, excepto Finn y sus dos perros, Bran y Skolawn.
Estos perros tenían un origen muy peculiar ya que eran hijos de Tyren, tía de Finn, que había sido transformada en perra por un encantamiento. Ellos eran los mejores canes de toda Irlanda y Finn les admiraba y amaba mucho.
Cuando la cacería se dirigía hacia un valle, la cierva se detuvo, se recostó, y Finn vio que sus perros jugaban con ella lamiéndole la cara. Finn ordenó que nadie le hiciera daño y ella los siguió durante todo el camino de regreso.
Esa misma noche, él se despertó y vio junto a su cama a la mujer más hermosa que jamás había visto durante toda su vida.
- Soy Saba, Finn, soy la cierva que perseguiste en la cacería de hoy -dijo ella- A causa de no haber querido dar mi amor al druida de la tierra de las hadas, me convirtió en lo que has visto, y he estado así durante tres años. Uno de sus esclavos, apiadándose de mí, me reveló que si podía llegar hasta vuestra morada de Allen, oh Finn, volvería a mi forma original.
Temía ser destrozada por vuestros perros o herida por los cazadores, y por eso sólo me deje alcanzar por vos, y por Bran y Skolawn, quienes tiene la naturaleza del hombre y no me harían daño.
Finn prometió protegerla y pronto él la hizo su esposa. Tan profundo fue el amor que se tuvieron, que durante meses no se preocupó de luchar ni guerrear, sino simplemente de pasar cada día con su bella esposa.
Un día llegó la noticia de que barcos de guerra del Norte estaban en la bahía de Dublín, así que él mando llamar a todos sus hombres, y le dijo a su esposa:
-Los hombres de Erín nos dan tributo y hospitalidad para que los defendamos de los invasores, y sería una vergüenza aceptar los pagos sin dar de nuestra parte lo que se pide.
Durante siete días estuvo ausente Finn, hasta que los escandinavos se alejaron de las costas de Erín. Al octavo día regresó entre los suyos, pero vio la preocupación en los ojos de hombres y mujeres y Saba no estaba en la muralla esperando su regreso.
Ante el pedido de Finn, le contaron lo que había sucedido. Saba esperaba ansiosa su regreso, y un día apareció Finn con sus dos perros y hasta se escucharon las notas de la llamada de caza de los de la Fianna en el viento.
Saba corrió hacia la verja a recibir a su amado, pero era un falso Finn que blandió una varita de avellano y la convirtió de nuevo en un ciervo. Sus perros comenzaron a perseguirla haciéndola huir.
Los hombres tomaron todas las armas que pudieron y salieron en busca del hechicero, pero no encontraron a ninguno de los dos.
Finn se retiró a su habitación y se encerró un día completo, aunque luego siguió ocupándose de los asuntos de la Fianna como siempre. Durante siete años buscó a Saba por cañadas, bosques y cuevas de toda Irlanda, con la sola compañía de sus fieles perros hasta que perdió toda esperanza y renunció.
Un día mientras cazaba en Ben Bulban oyó que los perros gruñían con furia, él y sus hombres corrieron hacia ellos y encontraron que los canes intentaban acercarse a un niño de largos cabellos rubios, que estaba desnudo al pie de un árbol, mientras Bran y Skolawn los mantenían a distancia.
Los fians apartaron a los perros y se llevaron con ellos al muchacho que, cuando aprendió a hablar, les contó su historia.
Él no había conocido ni padre ni madre alguna. Siempre había vivido en un valle cerrado por acantilados altísimos y había sido cuidado por una cierva amorosa.
Durante el verano se alimentaba de frutos silvestres y durante el invierno se mantenía con las provisiones que guardaba en su cueva.
De tanto en tanto, aparecía un hombre de aspecto oscuro que hablaba con la cierva, a veces con ternura y otras con amenazas, pero la cierva siempre huía de él.
Un día, el hombre llegó y estuvo largo rato con la cierva, hasta que la tocó con una varita de avellano y la obligó a seguirlo sin mirar atrás. El niño intentó ir tras ellos pero no pudo mover su cuerpo, llorando de rabia y desolación, cayó al suelo y perdió el sentido. Cuando volvió en si estaba en la ladera de la montaña de Ben Bulban y durante días buscó aquel valle verde, hasta que los perros lo encontraron.
Finn se dio cuenta de que era su propio hijo y le llamó Oisin, pequeño ciervo, quién fue conocido como guerrero y gran compositor de canciones y fábulas.
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28 febrero 2008
La Guerra por Ethan
Según cuenta la leyenda, hubo un famoso rey de Irlanda de la raza de los Tuathan Dé Dann, Eochaid Ollathair su nombre.
Ethan, hija de Etar creció con una belleza envidiable. Eochaid Ollathair, Rey de Irlanda, quien andaba buscando una buena mujer para casarse, se enamoró de ella nada más al verla. Se casó pues con ella y pasaron años juntos.
Eochaid tenía un hermano llamado Ailill. Sucedió que Aillil cayó enfermo y nadie sabía la causa de sus males. Él mismo le confesaría después a Etain que la causa era su amor por ella y la convenció de que si no llegaban a consumar ese amor él moriría.
Etain se citó con Ailill para amarse pero éste no llega a la cita. Quien llega es Midir el Orgulloso, quien le dice que él había hechizado a Aillil para poder citarse en ese sitio con ella. El le pide que se fuera con él a la Tierra de la Juventud, pues ya Fuamnach había muerto.
Etain no entendía nada, así que Midir le explicó todo su pasado. Poco después se fueron los dos esposos inmortales.
Eochaid se enfadó mucho al saber de la fuga de su esposa, y fue donde un famoso druida quien le informó donde estaba el palacio de Midir. Eochaid y su ejército fue a buscarla a la Tierra de la Juventud y encontró fuerte resistencia por parte de la gente de Midir, pero al final quedaron acorralados y Midir tuvo que ceder y le dijo a Eochaid que se la entregaría. Entonces, ante los ojos de Eochaid y desfilaron 50 doncellas tan igual de bellas como Ethan.
-Escoge a tu verdadera esposa -dijo Midir-.
Se dice que Ethan le hizo una señal y así pudo él acertar la escogencia. Ethan volvió a vivir con Eochaid y le dio una hija a quien llamaron también Ethan.
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27 febrero 2008
El Arpa de Dagda
Cuenta la leyenda que en la segunda batalla de Mag Tuiredh, el arpista del Dagda -con el arpa incluida- cayó prisionero de los fomorianos.
Uno de los hijos de El Dagda -Oghma- y el heroico Lugh, lo acompañaron hasta el campamento enemigo para rescatar al arpista y recuperar Arpa mágica con la qué Dagda controla el inicio y final de las estaciones, la cuál obtuvo del Mundo Superior.
Para ello fueron en su búsqueda, llegando hasta el salón de banquetes del palacio submarino de sus enemigos. Allí vieron como el arpa colgaba de la pared y Dagda con sus poderes, la llamó y ésta rápidamente se descolgó por sí sola y voló hasta las manos de su legítimo dueño, matando en el trayecto a nueve fomorianos.
El Dagda usó una poderosa invocación como llamada que rezaba así:
¡Ven mano de música cuádruple!
¡Ven verano, ven invierno!
¡Voz de arpas, fuelles y flautas!
Cuando el dios Dagda recuperó de nuevo su Arpa, tocó en ella las tres nobles cuerdas, que cualquier gran maestro del arpa debía dominar: los acordes de la risa; del llanto y los del sueño. De esta manera provocó una enorme risa, luego llanto y por último fomorianos cayeron en un largo sueño. Merced a esto pudo huir sin contratiempos.
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20 febrero 2008
La maldición de Macha
Crunden, hijo de Agnoman, vivía en una parte solitaria del Ulster, entre las montañas, y tenía un buen pasar; pero su esposa había muerto, y él tenía sobre sí el cuidado de sus cuatro hijos.
Un día estaba sentado en la casa cuando vio entrar por la puerta a una mujer, alta, agraciada y bien vestida, que sin decir palabra se sentó junto al hogar y se puso a encender el fuego.
Fue después a donde estaba la harina, la sacó y la mezcló y asó una torta. Al atardecer tomó una vasija y salió a ordeñar las vacas, pero en todo el tiempo no dijo palabra.
Volvió después a entrar en la casa y se dio una vuelta hacia la derecha y se quedó la última en pie para tapar el fuego.
La mujer se llamada Macha, allí permaneció, y Crunden se casó con ella. Ella los atendía a él y a sus hijos y todo lo que tenía el hombre prosperaba.
Un día se dispuso una gran asamblea de los hombres del Ulster para hacer juegos y carreras y toda clase de entretenimientos; y todos los que podían -hombres y mujeres- solían ir a esa asamblea.
- Yo iré hoy allí - dijo Crunden -, como van todos los demás hombres.
- No vayas - dijo su mujer-, pues sólo con que en la feria pronuncies mi nombre, me perderás para siempre.
- Entonces no hablaré de ti para nada - dijo Crunden. Y marchó con los demás a la feria, donde estaba toda la gente del país.
A la hora nona llevaron el carro real al campo, y los caballos del rey ganaron la carrera. Entonces los bardos y poetas, los druidas y los servidores del rey y toda la asamblea, se pusieron a alabar al rey y la reina y sus caballos. Entonces clamaron:
"Nunca hubo mejores caballos que éstos; no hay quien corra más en toda Irlanda".
- Mi mujer corre más que esos dos caballos, dijo Crunden.
Cuando se lo contaron al rey, dijo:
- Apresad a ese hombre, y retenedle hasta que se pueda traer a su mujer a que pruebe su suerte corriendo contra los caballos.
Así que le apresaron y le retuvieron, y se enviaron mensajeros del rey a la mujer.
Ella dio la bienvenida a los mensajeros y les preguntó a que iban.
- Venimos por orden del rey - dijeron - a llevarte a la feria, para ver si corres más deprisa que los caballos del rey; pues tu marido se ha jactado de que lo harías, y ahora está preso hasta que vayas tú a liberarle.
- Necedad de mi marido fue decir eso - dijo ella -; en cuanto a mí, no estoy en condiciones de ir, porque pronto daré a luz.
- Qué pena - dijeron los mensajeros -, porque si no vienes se dará muerte a tu marido.
- Siendo así, tengo que ir, pase lo que pase - dijo ella.
Con esto partió hacia la asamblea, y cuando llegó allí todos se agolparon para verla.
- No es decoroso mirarme, en el estado en que estoy - clamó ella -; ¿para qué me han traído aquí?
- Para correr contra los dos caballos del rey - gritó el pueblo.
- ¡Ay dolor! - dijo ella - no me lo pidáis, pues ya se acerca mi hora.
- Sacad las espadas y matad a ese hombre - dijo el rey.
- Ayudadme - dijo ella al pueblo -, pues todos vosotros habéis nacido de madre. Y dijo al rey :
- Dame siquiera un plazo hasta que nazca mi hijo.
- No doy ningún plazo - dijo el rey.
- Entonces la vergüenza que caerá sobre ti será mayor que la que caiga sobre mí - dijo ella-.Y porque no has tenido conmigo ni piedad ni respeto, caerá sobre ti un mayor castigo que el que ha caído sobre mí. Que traigan los caballos y los pongan a mi lado.
Echaron a correr, y Macha adelantó a los caballos y ganó la carrera.
En la meta le dieron los dolores del parto, y alumbró a dos hijos, niño y niña, y del dolor dio un gran grito. De pronto acometió una debilidad a cuantos habían oído el grito, y de suerte que no tenían más fuerzas que la mujer allí tendida.
Y Macha dijo así:
"De aquí en adelante, y hasta la novena generación, la vergüenza que habeís puesto sobre mí caerá sobre vosotros; y en el tiempo en en que m´ds necesiteís vuestra fuerza, en el tiempo en que vuestros enemigos os estén cercando, en ese tiempo la debilidad de una parturienta descenderá sobre todos los hombres de la provincia del Ulster."
Y así sucedió. Y de todos los hombres del Ulster nacidos después de aquel día, ninguno escapó a aquella maldición.
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10 noviembre 2007
Leyenda del Roble Albar (Oak)
Un día, hace no mucho tiempo, un hombre que se apoyaba contra un Roble Albar, en un viejo parque de Surray, escuchó lo que el árbol pensaba. Eran sonidos muy curiosos, pero los árboles piensan, como se sabe y algunas personas pueden entender lo que éstos piensan. Éste viejo Roble, y era un Roble muy viejo, se decía para si: "Cómo envido a las vacas del prado que pueden andar por todo el campo, y aquí estoy yo; todo alrededor de mi es tan hermoso y maravilloso, los rayos del sol y la brisa y la lluvia y sin embargo estoy enraizado en éste lugar." Y años más adelante, el hombre descubrió que en las flores del Roble Albar había un gran poder, el poder de curar a mucha gente enferma, y de éste modo recolectó las flores del Roble y las convirtió en medicina. Y muchísimas personas fueron curadas y volvieron a sentirse bien. Algún tiempo después de ésto, en una calurosa tarde de verano, el hombre estaba reclinado al borde de un campo de trigo, muy próximo al sueño, y escuchó a un árbol pensar y algunas personas pueden oír el pensamiento de los árboles. Y el árbol hablaba con sigo mismo muy sosegadamente y decía: "Ya no envidio a las vacas que andan por los prados, ahora puedo ir a los cuatros puntos cardinales y curar a los enfermos."; y el hombre miró hacia arriba y descubrió que era un Roble Albar el que estaba pensando.
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05 septiembre 2007
El lago prestado
Un joven jefe cortejaba a la hija de otro jefe, cuyo fuerte se hallaba situado en el linde de Loch Ennel en Westmeath.
La damisela era bastante altanera y melindrosa, y le dijo claramente que no aceptaría asumir la condición de dueña de casa mientras no pudiera ver desde su ventana un lago tan hermoso como el que se divisaba frente a la casa de su padre. Esto era asunto engorroso. El valle era adecuado, pero las laderas de las colinas estaban cubiertas de casitas y el arroyuelo que serpenteaba allá en el fondo tardaría quizá muchísimos años en llenar el valle, una vez terminada la represa, para cuya construcción se necesitaría una docena de años. El galán sería viejo ya en esa época. Su madre adoptiva, una hechicera (esto ocurría en los tiempos de los Danaans), al verlo tirarse del cabello perplejo en un par de ocasiones, lo indujo a desahogarse y le ordenó que respetara hasta el día siguiente sus sueltos bucles. Luego, la hechicera se dirigió con el medio corriente de transporte de las hechiceras, a la cabaña de una hermana Firbolg en el mágico arte, situada sobre la margen occidental del Shannon. Esta cabaña estaba cómodamente ubicada sobre el filo de una colina, dando sobre un agradable lago, y la mujer Danaan fue hospitalariamente agasajada por la mujer Firbolg. Después de su sencillo refrigerio, la visitante reveló el motivo de su viaje y le suplicó a su sabia amiga que le prestara su lago hasta el día de la luna siguiente, añadiendo engañosamente entre dientes "después de la semana de eternidad". Un lago era algo difícil de conseguir, pero finalmente lo obtuvo y se lo llevó triunfalmente debajo de la capa al valle de Leinster. La gente que vivía en las laderas de las colinas despertó esa noche de su sueño al oír el estruendo, digámoslo así, de diez mil cascadas. Todos huyeron hacia las tierras altas y fueron hospitalariamente resguardados por los edificios del fuerte, y al alborear de la mañana siguiente, millares de asombrados ojos contemplaron la plácida sabana de agua que cubría sus moradas del día anterior.
Así fue conquistada la altanera novia. La descarriada mujer del Connacht esperó hasta el día de la segunda luna, irritadísima ante el fangoso lecho que exhibía el fondo de su lago bajo la influencia de un sol ardiente y sin aparentes perspectivas de que le devolvieran con gratitud las aguas. Hasta una mujer sabia puede perder la paciencia. Ésta voló presurosamente a la casa de su embaucadora colega en brujerías, cabalgando sobre su escoba y fue recibida con fingida alegría. -No hay tiempo para cumplidos, comadre -le dijo-. Ha llegado el día de la luna siguiente y hasta el de la luna subsiguiente, y en vez de mi agradable lago, sólo veo rocas, barro y pescado podrido. Devuélveme mi lago, te digo. -¡Ay, querida hermana! La ira te ha quitado la memoria. Te prometí devolverte tu hermoso pedazo de agua el día de la luna siguiente a la semana de eternidad, no antes; reclámala cuando venza el plazo. La ira de la bruja traicionada no tuvo límites, pero carecía de recurso alguno, debido a la traicionera reserva de la astuta Danaan. El resultado fue trágico para la mayor parte de los interesados; pero la incorporación de Loch Owel a las gratas llanuras de Meath es todo lo que nos interesa por ahora.
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18 agosto 2007
Brian y la luz de Luna
Brian había salido a vigilar las cercanías de la fortificación donde vivía con los suyos, porque en los últimos meses habían sufrido algunos ataques de una de las tribus vecinas. Durante las últimas horas, se había alejado del poblado divagando por el bosque. Podríamos decir que todo empezó allí, aunque tal vez todo había comenzado mucho tiempo antes.
En la zona en la que ahora se encontraba, la espesura del bosque era tal que permitía un grupo no demasiado numeroso aparecer y desaparecer en cuestión de segundos y si además la niebla hacía notar su presencia, la situación se tornaba aún más peligrosa.
Pero Brian y su familia estaban allí desde… desde que el padre de su abuelo llegó procedente del norte en busca de buenos pastos y bosques en los que subsistir. Aquel robledal salpicado de hayas se había convertido en lugar sagrado, los druidas se internaban en la espesura del bosque donde tenían sus altares, a los que nadie excepto ellos osaban acercarse.
Aquella noche de fina bruma, Brian, un joven guerrero, estaba dispuesto a vengar las afrentas recibidas por los suyos en los últimos días. Se separó del grupo para buscar un sitio que le permitiera tener mejor visibilidad sobre esa parte del bosque. Luego de haber caminado unos metros, reparó en una gran piedra granítica que se elevaba justo debajo de las copas de algunos árboles, y pensó que ese era el lugar ideal para observar los movimientos en el bosque.
Se dispuso a escalarla para poder comprobar la bondad de aquel punto de vista, dejando todas sus armas en el suelo, a excepción del puñal corto que siempre guardaba en su cintura. La piedra apenas presentaba fisuras a las que agarrarse, su base estaba sembrada de pequeñas rocas puntiagudas que hacían más peligrosa la escalada en caso de caída, pero las dificultades, lejos de limitar a Brian, le infundían valor.
Una vez en la cima, se dio cuenta de que aquella roca extraña y difícil de escalar estaba justo en aquel momento orientada en dirección a la luna. Calculó por la posición de la luna respecto al bosque que debía ser medianoche. Soplaba una suave brisa que no era demasiado fría pues la primavera ya había llegado y se había prendido fuego a las hogueras como ofrenda a los dioses para que el resultado de las cosechas fuera bueno y para que sus almas se purificaran de malos espíritus.
De pronto, nuestro valiente guerrero quedó cegado por una luz cuyo origen ignoraba. Se agachó sobre al apéndice puntiagudo en el que terminaba la roca, y esforzándose por no perder el equilibrio debido a la falta de visión, pasaron algunos segundos y un sudor frío empezó a resbalar por su frente. Su primera idea fue que se encontraba frente a la manifestación de alguna divinidad del bosque que moraba en las cercanías de esa piedra, y él había osado molestar entrando en sus dominios. Había roto la única regla que por generaciones su familia había obedecido y temido.
Comprendió entonces, que ante esa situación su fin estaba cercano, aunque sus ansias juveniles de vivir le obligaron a seguir pensando, él había sido buen seguidor de las enseñanzas de los druidas, siempre había sido respetuoso al extremo en los sacrificios a los dioses, y ahora se preguntaba porque había caído en su desagrado.
Mientras tanto la luz había ido disminuyendo en intensidad sin que el céltico guerrero lo hubiera notado, pues mantenía sus ojos sellados de temor. Escucho un susurro seguido de una brisa de aire que le dio suavemente en la cara como devolviéndole el aliento a su espíritu, se reanimo de tal forma que abrió los ojos. Poco a poco fue teniendo una visión clara de lo que frente a él se encontraba. Desde la misma luna una intensa luz iluminaba un cuerpo de mujer joven, Brian tímidamente la miró. Vestía blanca túnica, su pelo era como el de Brian, del color de los campos sembrados de espigas, del color del sol y su gesto dulce, lo tranquilizó.
Vio también que la mujer que se encontraba frente a él no se apoyaba sobre ningún elemento, y sin embargo estaba a la misma altura que él sobre la cima de la roca. Su temor volvió a aflorar, era el miedo a lo sobrenatural, a lo divino. Pensó que la única alternativa era saltar de esa roca y salir corriendo a encontrar al resto de su grupo antes de que ese espíritu decidiese mostrar su poder. Tensó sus músculos y se dispuso a saltar al suelo, la altura de la roca era como de unas diez veces la longitud del cuerpo de Brian, pero eso no le importaba, solo quería correr y seguir viviendo. Cuando estaba a punto de saltar, la mujer que estaba frente a él callada, sonrío con dulzura, y Brian que seguía teniendo un miedo atroz, se quedó paralizado por unos segundos, perplejo ante la belleza de la imagen que frente a él se encontraba, como si fuese teniendo menos miedo por instantes.
Transcurrieron algunos segundos más, durante los cuales el joven no se atrevió ni a pestañear, pero de pronto la luz fue perdiendo intensidad hasta que desapareció del todo,
El aire volvió a soplar de nuevo y el guerrero se encontró de pronto de nuevo en la conciencia de su situación anterior, los demás del grupo seguro que debían andar buscándole y él no podía saber que tiempo había transcurrido desde que se separó de ellos, para él había sido como una eternidad.
Destrepó los pasos de roca hasta llegar a la base de la piedra, recuperó el resto de sus armas y empezó a correr en la dirección en la que había abandonado el grupo, tras avanzar unos metros se volvió a mirar hacia la roca y la zona del bosque más iluminada que ahora se encontraban detrás de él, la luna seguía clareando esa parte del denso hayedo como si fuese pleno día.
Brian mientras corría al encuentro de sus compañeros, pensó que esa noche se había encontrado frente al espíritu de la mismísima luna en el bosque, y estaba seguro de que él y los suyos esa noche iban a vencer a sus enemigos de la tribu vecina, porque esa noche iban a contar con una ayuda inestimable. Esa noche tenían como aliada a la LUNA
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27 abril 2006
Cuchulainn y Emeth
Cuchulainn aún no se había enamorado jamás, a pesar de que por ser un guerrero tan famoso en el Ulster, muchas doncellas se le habían acercado en esos años tratando de enamorarlo. Los jefes y señores de los clanes le sugerían a menudo que buscara una esposa, pero ninguna de las jóvenes lograba despertar su corazón. Un día fue invitado a un banquete en la casa real, y ahí conoció a la hermosa y codiciada Emeth, hija de Forgall, señor de Lugach, y su joven y ardiente espíritu se inflamó de amor por ella, a tal punto que decidió pedirla en matrimonio en el acto.
Con ese propósito, al día siguiente se dirigió sin demoras al Castillo de Forgall, acompañado por su amigo Laeg. La bella Emeth se hallaba en las almenas de la fortaleza, departiendo y bordando con las doncellas de su comitiva, hijas de los nobles súbditos de su padre, cuando vio acercarse un carro por el camino de Math. La madre de Ehmet observó: "Uno de los hombres que se acercan parece ser el hombre más atractivo de todo Erín, pero su expresión es melancólica y triste"...
Cuando finalmente el carro se detuvo en el patio del castillo, Emeth se acercó a saludar a Cuchulainn, pero cuando éste le reveló que la razón de su presencia allí era el amor que sentía por ella, la doncella le explicó el rígido control que se padre ejercía sobre su vida. "No puedo desposarme antes que mi hermana mayor, Fiall, ésas son las reglas de la familia", dijo ella. Cuchulainn, bastante enojado, respondió: "No es a ella a quien amo, sino a vos, y volveré triunfador por tí, a reclamarte." Mientras decía esto, sus ojos descendieron de los de ella hasta su escote, el cual dejaba entrever la curva suave del pecho de Emeth. "Mía será esa llanura, la dulce y mágica llanura que conduce al valle de la doble esclavitud!" exclamó el fervoroso joven, a lo que la dama respondió " Nadie llega a esta llanura sin antes haber cumplido con sus deberes, y los tuyos aún están por comenzar a ser cumplidos...", una cauta pero no desalentadora réplica.
Cuchulainn montó en su carruaje, y se fue. Pero las palabras de Emeth había calado hondo en su mente, entonces al día siguiente comenzó a prepararse para la guerra y las hazañas heroicas que Emeth le pedía que realizara, y marchó a la aventura. Entre sus hechos famosos, figuraron la derrota de Scatagh, la diosa guerrera, y el aniquilamiento de los malévolos hijos de Nechtan, los mismos que habían asesinado a incontables hombres del Ulster. Cuchulainn obtuvo fama, gloria y un gran botín de sus hazañas, y una vez concluidas, se dirigió a buscar a Emeth, como estaba implícitamente claro entre ellos. Una vez en el castillo de Forgall, solicitó formalmente la mano de su amada, y dejó la dote correspondiente a la hermana mayor, como era la costumbre.
Y así fue conquistada Emeth, tal como ella lo había pedido, tras lo cual Cuchulainn la llevó a Emain Macha y la hizo su esposa, para no separarse jamás hasta el momento de su muerte.
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15 febrero 2006
La doncella mágica (leyenda celta)
Angus Og, hijo de Dagda y Boanna del palacio de New Grange, cayó profundamente enamorado de una doncella a la que había visto en sueños. Angus y Bov viajaron hasta el lago Boca de Dragón, donde encontraron a quinientas doncellas paseando en parejas, unidas entre si por una cadena de oro.
Entre todas las doncellas, Angus reconoció a la de sus sueños, que era Caer, la hija de Ethal Anubal, el príncipe de los daanos de Connacht. Angus se lamentó por no ser lo suficientemente fuerte como para arrancarla de sus compañeras, pero siguiendo el consejo de Bov el Rojo, fue a pedir la ayuda de los reyes mortales de Connacht, Ailell y Maev.
Los reyes mandaron un mensaje al príncipe Ethal, pidiéndole la mano de Caer para Angus, pero él se negó a entregarla. Ante el rechazo de Ethal, las fuerzas del rey Ailell lo sitiaron en su castillo y ante el segundo pedido de mano de Caer, el príncipe explicó que la joven vivía alternativamente bajo la forma de doncella un año y de cisne al año siguiente: "El próximo 1 de noviembre la podéis ver con otros ciento cincuenta cisnes en el lago Boca de Dragón".
Angus fue allí en el tiempo propicio, se acercó a la orilla y llamó a la blanca y alada Caer, le explicó quién era y de pronto se trasformó en cisne él también. La doncella correspondió su amor y juntos volvieron al palacio de Angus, emitiendo una música tan divina que todos lo que la oyeron cayeron en un sueño plácido durante tres días y tres noches.
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01 febrero 2006
Cuchulainn (leyenda celta)
Cuenta la leyenda que la doncella Dectera, hija de Cathbad, uno de los más destacados nobles de la Corte de Connor Mc Nessa, desapareció un día junto con otras cincuenta jóvenes vírgenes y durante más de dos años no se supo nada de ellas.
Ya hacía tiempo se había dejado de buscarlas, cuando durante una cacería en la que tomaban parte los más prestigiosos señores del Ulster, vieron posarse sobre una llanura cercana a la capital, Emain Macha, a una bandada de pájaros blanquísimos. Los nobles decidieron cazar a las aves, persiguiéndolas con sus carros y lanzando piedras y lanzas.
A través de campos, arroyos y pequeños bosques continuó la persecución. Pronto notaron que eran aves muy extrañas, ya que volaban divididas en nueve grupos, cantando, y cada grupo era guiado por una pareja de aves sujeta entre sí por un delgado yugo de plata. Llegó la noche, y los cazadores estaban cansados y frustrados por el fracaso de la cacería. El rey Connor envió a dos hombres a buscar un refugio. Estos siguieron la ribera del Boyna, hasta llegar a las cercanías de Brug na Boyne, donde descubrieron una humilde choza.
Sin embargo, viendo que la noche se estaba cerrando cada vez más, se acercaron a la cabaña, siendo recibidos por un hombre joven, de aspecto gentil y elegante, junto al cual se encontraba una hermosa dama, su esposa. Ambos salieron a recibir a los enviados, invitándolos con deferencia a compartir esa noche con ellos en su morada.
La comitiva entera cruzó, un rato después, las puertas de la cabaña, y esta se convirtió de pronto en un hermoso castillo, con salón de banquetes, aposentos y demás. Sin embargo, la mayor sorpresa fué cuando el Rey reconoció en la dama a la bella Dectera, la perdida doncella, y en su esposo a Lugh, el del "Brazo Largo", hijo de Ethlinn, y en las doncellas que los acompañaba, a las cincuenta vírgenes que habían desaparecido. A pesar de la intriga, la velada transcurrió apacible, estaban todos tan cansados que casi ni hablaban.
Pero, la aún más insólita revelación llegó en la mañana, cuando todos despertaron y se hallaron yaciendo sobre la hierba, y todo lo visto en la noche había desaparecido mágicamente. En lugar de la cabaña, había un pequeño recinto, donde en su interior había una modesta cuna con un niño muy pequeño. Este era el regalo que Dectera hacía al pueblo del Ulster a través de su rey, Connor Mc Nessa, el cual había sido atraído con el señuelo de los pájaros, hasta el mágico lugar de Brug Na Boyne.
El niño fué llevado por los nobles hasta el palacio, y entregado a Finchaum, la hermana de Dectera, quien lo aceptó y bautizó como Setanta, viviendo desde ese momento en las posesiones que el Rey le otorgara a su madre adoptiva. Con el tiempo creció y se convirtió en un apuesto joven, y luego adoptó el nombre de Cuchulainn.
También se cuenta que el archidruida Morann, cuando el bebé Cuchulainn llegó al castillo, profetizó lo siguiente: "Sus hazañas le ganarán el aprecio de los hombres y estarán en boca de todos. Reyes, sabios y guerreros cantarán sus alabanzas, pues este niño vengará las injusticias que los afligen, luchará en sus combates y paliará sus necesidades."
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15 enero 2006
Calzada de los Gigantes
Cuenta una antigua leyenda celta que el gigante irlandés Finn MacCool decidió construir un camino a su medida hasta la isla de Staffa en Escocia. Edificó una ciclópea calzada de prismas hexagonales que le permitió atravesar 120 km. de mar sin mojarse, y pudo desafiar a su rival, el gigante escocés Benandonner.
Pero, al acercarse a éste, comprobó que era mucho más fuerte y fiero que lo que había imaginado. Perseguido por el escocés, MacCool huyó de nuevo a la verde Irlanda y allí, su esposa Oonagh le escondió en una cuna.
Cuando apareció Benandonner, Oonagh le invitó a tomar el té, pidiéndole que no despertase al "bebé". Entonces, fue Benandonner el que se aterró, no deseando enfrentarse con el padre de aquella enorme criatura. Y al escapar destruyó la calzada, de la que sólo quedaron en pie sus tramos inicial y final, confiando en que así no sería perseguido por MacCool.
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11 diciembre 2005
La inquietante leyenda de la Calavera
Erase una vez un granjero que solo tenia un hijo, el cual murió y el padre no quiso ir al entierro ya que había tenido una disputa con el. Pasado un tiempo murió un vecino y el fué a su entierro y después de la ceremonia encontrándose aun el granjero en el Campo Santo, mirando distraídamente una fosa vió una calavera, la cogió indolente y le preguntó pensativo: -Debiste ser una persona apuesta en tu juventud y me gustaría saber algo mas de ti.
Y la calavera hablo y esto fue lo que le dijo: - Mañana iré a pasar la noche contigo, si tu vienes a pasar otra noche conmigo. -Así lo haré. -Dijo el granjero. En el camino de vuelta se encontró con el cura y le comentó lo sucedido. El párroco le dijo que debería de haber soñado ya que las calaveras no hablaban. Y el granjero le citó a la próxima noche junto con la visita de la calavera, a la que el sacerdote accedió también a ir.
Así, que a la siguiente noche estaba el granjero junto con el cura esperando a la calavera. Al poco tiempo llamaron a la puerta y apareció la calavera. Se subió a la mesa y se comió toda la cena que sobre ella había. después de eso volvió a salir y desapareció. - ¿Por que no le ha hablado? inquirió el granjero al cura. -¿Por que no lo hiciste . respondió el clerigo. A la noche siguiente tal como habia convenido con la calavera, el granjero acudió al cementerio, y al no ver nada descendió tres peldaños que estaban junto a la Iglesia.
De pronto se encontró en medio de un campo, lleno de hombres que luchaban entre si con palas y hoces. Al ver al granjero le preguntaron por si buscaba al craneo, al asentir este le dijeron: - Se acaba de ir al campo de al lado. Y en el otro campo vio a hombres y mujeres que luchaban entre si. ¿Esta buscando un craneo, le preguntaron?, Pues bien se acaba de ir al campo de al lado.
Y el granjero fué al campo de al lado y en el vió una gran casa, despues de entrar en ella vió un fuego en un hogar y en la habitacion habia una dama y una criada. Y la dama caminaba de un lado a otro de la habitacion, y cada vez que se acercaba al fuego a calentarse, la criada la apartaba de el. Tambien le preguntaron si buscaba un craneo y que si era asi que fuera a una puerta a la izquierda de la habitacion, que entrara por la misma y que alli hallaria el craneo, y asi lo hizo el granjero.
Al entrar en la habitacion contigua se encontró con la calavera y esta le preguntó si queria cenar, al asentir el granjero, la calavera lo condujo a la cocina, en ella estaban tres mujeres y la calavera le pidió a una de ellas que le sirviera cena, y esta cogio pan moreno y una jarra de agua y se lo sirvió al hombre, el cual desistió de comer aquello.
A continuación el craneo le pidió a la segunda mujer que hiciera lo mismo, y aquella mujer aun sirvió peor al granjero por lo que este de nuevo desistió de cenar. Por fin la calavera le pidió a la tercera mujer que sirviera al granjero y esta sirvió al granjero una opipara cena con profusion de viandas y esplendorosos vinos.
Despues de cenar el granjero le preguntó al craneo que significaba todo lo que habia visto y este le respondió: - Los hombres que viste en el primer campo solian luchar entre si cuando estaban vivos, por que tenian tierras cerca unos de otros y acostumbraban a mover las estacas y ahora tienen que luchar entre si por siempre jamas. Los hombres y las mujeres que viste eran parejas casadas que solian pelear entre si y ahora deberan de seguir peleando siempre. La señora que viste en la casa no dejaba en vida que la criada se acercase al fuego cuando volvia mojada y con frio y queria calentarse, y ahora la criada le hace lo mismo a ella y eso seguira hasta el dia del Juicio Final.
En cuanto a las tres mujeres de la cocina-añadió- esas eran mis tres esposas. Cuando le pedia a la primera que me preparara la cena solo me daba pan moreno y agua. Cuando le pedia comida a mi segunda esposa aun era peor como has visto. Pero la tercera a mis ruegos me servia el banquete que tu has cenado. La calavera miro lugubremente al granjero y le dijo: -En cuanto a ti, has sido traido hasta este lugar por no querer ir al funeral de tu hijo por haber estado enfadado en vida con el, sin embargo si fuiste al entierro de un vecino. Asi que ahora te sugiero que si te quieres salvar vayas hasta donde esta enterrado tu hijo y pidele perdon, quizas lo obtengas, y no dejes de olvidar que desde que saliste de casa hasta llegar aqui han transcurrido setecientos años.
El granjero, quedó petrificado, y como despertando de un sueño se vió caminando hacia el cementerio, por los lugares que el antes circulaba y que habian cambiado de fisonomia por el tiempo transcurrido. Al fin llegó al cementerio, y pese a lo cambiado que estaba, pudo localizar la tumba de su hijo, alli se arrodilló y se arrepintió y pidió perdon. El perdon de su hijo. Hasta que por ultimo surgio una mano de la tumba y cogió la suya, y el y su hijo subieron juntos al cielo...
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15 noviembre 2005
Los hijos del viento del norte
El viento del norte tenia tres hijos: se llamaban Pies Blancos, Alas Blancas y Manos blancas. Cuando estos tres hermanos vinieron a nuestro mundo procedentes de sus palacios invisibles, eran tan hermosos que muchos mortales murieron al contemplarlos, mientras que otros no osaron mirar, pero huyeron aterrorizados a bosques y lugares oscuros. Así que cuando estos tres hijos del Gran jefe vieron que eran demasiado radiantes para los ojos de los humanos, se desvanecieron con los rayos del sol al atardecer y se reunieron con Ollathair.
Cuando, a través de los rayos del sol al amanecer, volvieron, ellos no eran visibles para ningún hombre, y en todos los siglos que llevan en la tierra, no han podido ser vistos por ningún ojo humano.Dice la leyenda, que se los puede reconocer por los blancos pies de uno pisando las olas del mar; por el brillo blanco y el crujido de miríadas de plumas volando sobre valles y colinas y las casas de los hombres; y por el silencio de ensoñación con el que el tercero descansa en las aguas, y el viento que mueve las copas de los árboles, desde el helecho hasta el arroyo que baja de la montaña rodeando las rocas y los fresnos como si fuera una bufanda. Sólo les conocemos por la huella que dejan a su paso. Y les llamamos Viento Polar, Nieve y Hielo, en lugar de por sus nombres antiguos, como se les conocía en los albores del día, como Pies Blancos, Alas Blancas y Manos Blancas.
(Leyenda Celta)
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05 noviembre 2005
Lágrimas de sirena
Las ondinas que viven en los lagos de Escocia son conocidas por el nombre de Kelpies. Uno de estos extraños seres se encaprichó de un monje al que intentaba seducir de todas las maneras posibles.El santo varón, sin embargo, consiguió resistir sus propósitos arguyendo que primero tenía que aprender a vivir bajo el agua. Como esto era imposible, la kelpie acabó por despedirse de este proyecto amoroso, no sin antes haber derramado abundantes lágrimas, que se transformaron en guijarros de color verde gris, a los que los escoceses dan el nombre de "lágrimas de sirenas".
(Leyenda escocesa)
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Anónimo
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